EL LIBERALISMO CONSERVADOR

16 noviembre, 2022 | Miguel Alegrete | Categorías: Análisis Político | 0 comentarios
Miguel Alegrete

Inicios

El liberalismo conservador o conservadurismo liberal es una corriente política que nace a finales del siglo XVIII en Reino Unido de la mano de Edmund Burke y su crítica a la Revolución Francesa. Esta ideología se desarrolla fundamentalmente en el mundo anglosajón, si bien es cierto que también tiene una notable presencia en la Europa continental (Tocqueville, Guizot, Canovas, Ortega y Gasset, Mazzini, Max Weber…)

Principios

El conservadurismo no es una ideología propiamente dicha, sino una actitud frente a la vida, por lo que no tiene unos principios fijos para todas las épocas. No obstante, podemos hablar de algunas ideas que predominan entre los autores conservadores. Los principios del liberalismo conservador son la defensa de la experiencia política frente a las ideas abstractas, el pesimismo antropológico, la defensa de la sociedad civil, cuya institución más importante es la familia (frente al individuo defendido por el liberalismo clásico o la comunidad de los socialistas), la defensa del Estado como garante de la tradición y del orden social, la importancia de la religión (debido a su papel cohesionador), así como el pluralismo de valores, la propiedad privada y la economía de mercado.

1. Experiencia frente a teoría

El conservador es ante todo prudente. La prudencia es una virtud que le hace averso (que no contrario) al cambio. Esto es importante, ya que los liberal conservadores aceptan los cambios siempre y cuando sean graduales y estén avalados por la experiencia (frente a la idea de progreso ilimitado guiado por la razón que defienden los socialdemócratas como John Stuart Mill). “El verdadero conservador no se aferra a una época, idealizada como al paraíso perdido. Sabe que la historia es evolución en la que nacen, se desarrollan y mueren las formas culturales y las civilizaciones mismas y se opone a la quiebra de esta evolución tanto como a su estancamiento”

2. La naturaleza humana

El pesimismo antropológico es otro rasgo  característico del conservadurismo. El hombre es un ser imperfecto, capaz de grandes hazañas pero también de grandes miserias. 

La naturaleza humana es indescifrable. Los hombres son distintos entre sí, y desde que nacen la desigualdad es una de sus características esenciales. De ahí que los conservadores justifiquen hasta el punto de llegar a defender las desigualdades frente a los socialistas, más proclives al igualitarismo y a la redistribución para paliar dichas desigualdades.

3. La sociedad civil

“La sociedad es el medio en el que se produce la experiencia de los individuos, es el continente que recepciona la comunicación entre éstos, entre los individuos presentes, los pasados y los futuros”

La sociedad es producto de un proceso histórico (posición organicista), que se ha mantenido a lo largo de los años gracias a una serie de instituciones destinadas a su preservación: la familia, que es su pilar fundamental, el Estado, cuyo valor reside en las funciones sociales que hace (garantizar el orden y el cumplimiento de la ley, además de realizar algunas mejoras sociales pero sin llegar a ser nunca un estado gigante como el defendido por los socialdemócratas), las confesiones religiosas, cuya importancia reside en el culto y el servicio más que en el elemento de fe (la religión no tiene vocación misionera, como si ocurre con los reaccionarios), las costumbres, las tradiciones, la propiedad privada…

El modelo de sociedad se basa en la jerarquía social y en la desigualdad. La jerarquía permite que la elite más poderosa guie a la nación, ocupando el lugar que le corresponde por naturaleza. Los conservadores rechazan el ascensor social, el que nace rico debe serlo siempre, lo mismo ocurre con el que nace pobre.

4. El papel del Estado en la economía

Los conservadores han sido desde un primer momento partidarios del libre mercado frente al intervencionismo estatal, aunque siempre han mirado con desconfianza al capitalismo. “Su defensa del libre mercado no se basa en un razonamiento económico, sino político, porque estima que favorece más la espontaneidad social y es una condición de la libertad civil y política”  Combinan su visión del laissez faire con un estado fuerte, para evitar que la gente se deje llevar por sus pasiones.

El propio F.A. Hayek señala que Adam Smith, padre del liberalismo económico, dijo que Edmund Burke era el hombre “con un pensamiento igual al suyo en materias económicas, sin que hubiera comunicación previa alguna entre ambos”

Rechazan la justicia social y las propuestas redistributivas. La intervención social debe ser limitada, y en lo posible, reversible. Ya hemos dicho que los cambios deben ser graduales y estar basados en la experiencia, frente a la ingeniería social propia del socialismo, que destruye todo lo anterior bajo la (falsa) promesa de un mundo mejor. 

5. Los derechos

No existen los derechos abstractos, sino los derechos concretos para una época y lugar determinados como consecuencia de la experiencia. Así, defienden la libertad negativa como ausencia de coacción y la igualdad formal ante la ley, mientras que rechazan la libertad positiva y la igualdad material. 

Defienden la desigualdad, que no se basa en la explotación del rico frente al pobre, sino en la biología misma: los seres humanos nacen con distintas habilidades.

“El humanismo del conservador no es el de los derechos fundamentales del individuo sino el de los valores, caracteres y situaciones que identifican socialmente al hombre”. En definitiva, derechos concretos frente a derechos naturales (defendidos por el liberalismo clásico o la socialdemocracia).